Independientemente de cómo termine el acuerdo israelí con Hamas, el llamado a la rendición de cuentas en Israel no se limita al grupo palestino. El gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu y los servicios de seguridad tienen mucho que explicar sobre cómo ocurrieron los ataques de Hamás.
Het hoofd van de Israëlische binnenlandse inlichtingendienst Shin Bet erkende begin deze week dat zijn dienst is tekortgeschoten in het tijdig opmerken en voorkomen van de gruwelijke aanvallen op zaterdag 7 oktober. “Als hoofd van de organisatie ligt de verantwoordelijkheid daarvoor bij mij”, liet Ronen Bar weten in een verklaring. “Er komt een moment voor onderzoeken. Nu vechten we.”
In een interview met The Economist noemt Ehud Barak de verrassingsaanvallen door Hamas het “grootste falen uit de Israëlische geschiedenis”. De 81-jarige politicus geniet enig aanzien: hij was opperbevelhebber van de Israëlische strijdkrachten, premier en diende twee keer als minister van Defensie. Hij is een van de twee meest onderscheiden militairen uit de geschiedenis van het land.
De oud-premier beschouwt de regering van zijn voormalige politieke bondgenoot als “hoofdverantwoordelijk” voor de omstandigheden die leidden tot de aanvallen. Van de onvoldoende bewaakte grens en de trage respons van de veiligheidsdiensten tot het bredere beleid ten aanzien van de Palestijnen in de afgelopen decennia.
Ontvang meldingen bij nieuwe berichten
Según Barak, el hecho de que tantos ciudadanos se convirtieran en víctimas demuestra que “el Estado ha incumplido su primera obligación para con sus ciudadanos: mantenerlos con vida”. “Ese fue el peor tipo de negligencia”.
Las encuestas indican que una abrumadora mayoría de judíos israelíes comparte ese sentimiento. El periódico de calidad de izquierda Haaretz Tituló un día después de los ataques de Hamás: “Netanyahu es responsable de esta guerra entre Israel y Gaza”.
‘Destruir a Hamás por completo, ¿qué significa eso?’
Muchos israelíes están a favor de una invasión de la Franja de Gaza por parte de tropas terrestres. Eso no significa que no haya lugar para críticas al gobierno en ese frente. El ex Primer Ministro Barak, por ejemplo, advierte que la destrucción total de Hamás que Netanyahu tiene en mente no es un objetivo de guerra creíble.
“¿Qué significa eso? ¿Que ya ni una sola persona cree en la ideología de Hamás?” Prefiere ver el objetivo concreto de dañar la capacidad militar de Hamás hasta tal punto que el grupo ya no represente una amenaza importante.
De hecho, todavía no hay ningún acuerdo dentro del gobierno israelí sobre cómo debería verse la Franja de Gaza cuando termine la ofensiva, informan los medios israelíes. Ésa es una pregunta esencial. Además de las represalias por los ataques de Hamás, la población israelí quiere sobre todo asegurarse de que algo así no vuelva a suceder en el futuro.
‘Míster Seguridad’ ha sido derribado de su pedestal
El Primer Ministro Netanyahu es apodado “Señor Seguridad” en Israel, por la promesa de la que se enorgullecía durante su carrera política. Cerró las fronteras entre Israel y los Territorios Palestinos (con vallas, muros y una serie de dispositivos de seguridad) y puso cualquier forma de negociación de paz en un callejón sin salida. Bajo Netanyahu, los gabinetes israelíes se centraron principalmente en Jerusalén Este y la Cisjordania ocupada, donde se construyeron y ampliaron sistemáticamente asentamientos israelíes.
La ‘cuestión palestina’ se ocultó lo más posible. Los palestinos en Cisjordania quedaron bajo un estricto régimen de seguridad israelí para mantenerlos bajo control, desde restricciones de viaje hasta redadas y expropiaciones de viviendas.
Los críticos lo llaman régimen de apartheid. La Franja de Gaza fue cerrada y se convirtió en la prisión al aire libre más grande del mundo. El lema era “Todo por la seguridad de los ciudadanos israelíes”. Ese ciudadano fue sensible a eso: Netanyahu es el primer ministro que más tiempo ha estado en el cargo en la historia de Israel, con un total de dieciséis años.
Esa imagen se ha hecho añicos desde que Hamás demostró de manera profundamente impactante que la estrategia de Netanyahu no ha funcionado. Si las armas callan y la mirada israelí vuelve a mirar hacia adentro, podría significar el fin de su carrera política.
Después de la guerra, el ajuste de cuentas llega a casa.
Netanyahu y su coalición gobernante de extrema derecha ya estaban bajo fuego por sus intentos de restringir la independencia del poder judicial de Israel. Anteriormente, esto dio lugar a protestas masivas.
Los ataques de Hamás y la guerra posterior exigieron atención, pero esa división política no desaparecerá. A esto se suma la feroz crítica a las acciones del gobierno en el conflicto de Gaza.
Para Netanyahu, perder el poder es una perspectiva aún más aterradora: su cargo de primer ministro le proporciona cobertura en una demanda en torno a varios casos de fraude y corrupción de los que es sospechoso.
El líder israelí esperará que la próxima ofensiva en la Franja de Gaza sea una victoria tan contundente que contrarreste la tormenta que le espera si Israel sale del modo de guerra. Será una tarea difícil. En una encuesta reciente, la mayoría de los encuestados dijo que Netanyahu debería dimitir.