La investigación está en manos de investigadores de pesca marina de Ilvo, asistidos por ingenieros hidráulicos como Deme. La empresa textil Sioen también está implicada en la historia.
Al fin y al cabo, todo empieza con mejillones colgados de cuerdas a pocos kilómetros mar adentro. Allí, los mejillones deben agruparse en grandes lechos y así evitar a largo plazo la erosión de la arena de las playas.