El cerebro humano tiene una corteza de audio que diferencia las voces de otros sonidos y reacciona en función de la emoción expresada en la voz. Un estudio descubrió que los perros también tienen uno, y está ubicado en un área muy similar de su cerebro.
Esto tiene sentido, ya que los humanos han criado perros durante siglos, por lo que al menos una parte de su cerebro debe dedicarse a interpretar las señales humanas.