40 años después del Scudetto, Banco Roma en el Campidoglio. Está el legendario Wright

Lágrimas y escalofríos. El base que enloqueció a todo el mundo ha llegado desde EE.UU.: el abrazo con el técnico Bianchini, Gilardi y tantos otros, empezando por su contrincante Marzorati

Un aplauso rompe el bullicio del Salón Julio César. El alcalde de Roma entra en el Campidoglio, pero no es Roberto Gualtieri, sino Larry Wright, el equilibrista capaz de llevar a la Roma al campeonato de baloncesto. Cuarenta años después celebramos la hazaña de aquel Banco que sería campeón de todo, alzándose a la cima del mundo tras conquistar Italia y Europa. Una proeza de gigantes que se encuentran a sí mismos y de repente vuelven a ser niños, con las caras pálidas y surcadas por algunas lágrimas de la emoción.

Abrazos

«¡Enrique!». La voz de Larry se ahoga en su garganta cuando llega «Core de Roma» Gilardi, quien con su cortesía habitual se despide de las entrevistas para abrirse en un abrazo fraterno. “Te presento a Stefano (Sbarra)”, bromea entonces el líder del grupo romano mientras aparece frente a él el más joven de esos muchachos, el alter ego de Wright en los entrenamientos en el polideportivo de Settebagni. “Me hiciste mejor”, lo consagra Larry de inmediato, mientras casi se escuda en un “él siempre me dice”, ante una sucesión de emotivos saludos con sus compañeros que el ex base estadounidense reconoce uno a uno, a pesar de las señas. del tiempo, hasta el pico máximo de emociones de una calurosa mañana romana con un abrazo al técnico Valerio Bianchini. Larry no pisaba Roma desde 2006, y en su regreso a “casa” quizás ni sus compañeros lo creyeron. “Cada vez que nos juntamos siempre hay algo nuevo -subraya Gilardi- pero cuando me dijeron yo respondí ‘Si pues’… En cambio está aquí, ya fue emocionante verlo en video en el Teatro Brancaccio el el 40 aniversario de los campeonatos de Roma y Banco, lo es más escucharlo hablar del valor humano de ese equipo». El mediapunta de vuelta es un gran adversario de ese triunfo, que Pierluigi Marzorati batió en semifinales con Cantù y se comprometió hasta el domingo en la capital con Liba (Legends International Basketball Association) para la Ball Run-Fieri del Basket, un paseo no competitivo/ correr desde la terraza del Pincio por un camino equipado con cestas a disposición de los participantes. “En la primera llamada telefónica se echó a reír – admite Pierlo – también porque él también contribuyó a ponerme el pelo blanco con sus jugadas”.

Emoción

En el protocolo sería el plato principal, pero Larry no puede esperar más allá de la presentación de las autoridades -la presidenta de la Asamblea Capitolina Svetlana Celli, el consejero de Deportes Alessandro Onorato y el presidente de la Comisión de Deportes Ferdinando Bonessio- antes de estallar en su manifestación de amor. “Stefano, Enrico, Paolo, todos ustedes, los amo. Gracias por permitirme venir a Roma y ser parte de esta historia, desde el entrenador que vino a Luisiana para llevarme a jugar el Scudetto contra el Milán a todos ustedes que con su talento me han permitido expresar el mío sin nada hubiera sido posible para ti». Apoteosis de un partido, mientras de fondo el bulto se abre camino por la ausencia de la Roma en la Serie A de canastas tras la desaparición de Virtus. Pero esa es otra historia.



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