Antes del verano, Blankenberge ya rechazó el primer permiso medioambiental para la construcción de una torre residencial de 100 metros de altura con sky bar. A petición de la ciudad, los dos promotores del edificio investigaron el impacto del viento y las sombras en el medio ambiente. A mediados de agosto solicitaron nuevamente un permiso ambiental. Ahora el edificio sólo tendría 90 metros de altura y tres plantas menos. Blankenberge debe tomar la decisión este año.