Tres conductores fueron detenidos anoche por la policía de tráfico de Zelanda-Brabante Occidental porque no prestaban mucha atención al límite de velocidad en las carreteras por las que circulaban. Uno de ellos circulaba a una velocidad de 166 kilómetros por hora, 66 kilómetros por hora más rápido que el límite legal. Los otros dos conductores alcanzaron velocidades de 161 y 156 kilómetros por hora. Todos tuvieron que entregar su licencia de conducir. No se ha revelado dónde exactamente condujeron.