“Era un héroe”, dice Sierk Plantinga del Museo Englandvaarders en Noordwijk aan Zee. “Estos fueron los James Bond de la época. No en vano, muchas de las películas que conocemos están basadas en los marineros holandeses de Inglaterra”. Plantinga no descarta la posibilidad de que Kwint también tenga un licencia para matar tenido. “Es muy holandés discutir eso, pero en este tiempo de guerra todo estaba permitido”.
Como agradecimiento por sus esfuerzos, la familia Kwint recibirá una cantidad de 15.000 florines. Una cantidad enorme para aquella época, comparable a los más de 200.000 euros actuales. “Ese es un tipo de dinero de riesgo”, dice Plantinga. Después de la guerra, la reina Guillermina también envió una carta y Kwint recibió la ‘Cruz del Mérito’. Plantinga encuentra esto sorprendente. “La mayoría de los espías han recibido premios militares mucho más altos por su valentía. No gana, presumiblemente porque desafortunadamente no pudo completar una misión”.
Pieter Jacob Kwint fue enterrado por tercera vez después de la guerra, esta vez en su lugar de nacimiento, Meppel. Ahora está en el cementerio general. Kwint recibió la Cruz del Mérito por su viaje a Inglaterra.