’10 Year Anniversary’ es una actuación brutal sobre el privilegio y el racismo


Club Gewalt existe 10 años, pero el colectivo de teatro no celebra su aniversario con un tímido cumpleaños de círculo. Al contrario: la empresa se acerca a una discusión. No está claro qué sucedió exactamente, pero la colisión giró en torno al racismo. Como uno de los actores señala con sorpresa: ese tema aparentemente jugó un papel en su colectivo, a pesar de que todos son bien educados, hacedores de teatro de izquierda.

El artista Amir Vahidi está decepcionado con sus amigos. Durante una visita a Berlín, uno de ellos lo trató racialmente. Vahidi entró en la discusión; los demás callaron y “el silencio es el lenguaje del opresor”. En el suelo vemos imágenes de tipo documental, fragmentos de una charla posterior sobre el argumento.

Lo que sigue es una actuación brutal sobre el privilegio y el racismo institucional, dirigida por Khadija El Kharraz Alami. La fiesta de cumpleaños reparte muchas felicitaciones a la audiencia, que está sentada en gradas alrededor del campo de juego: “Felicitaciones porque puedes ver esto”. “Felicitaciones por poder votar” y “Felicitaciones por tener una constitución que te protege”. Tienes suerte, parecen decir esos deseos: date cuenta de que no todos son tan privilegiados.

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Confrontando preguntas

Te enfrentas constantemente a tu lugar en la sociedad y tu posición en relación con los demás. Esto sucede con mayor énfasis cuando debe responder a las afirmaciones poniéndose de pie o, por el contrario, permaneciendo sentado. A veces son preguntas simples (pero conflictivas) como «¿Había suficiente dinero en casa antes?» Pero también se trata de una perspectiva más amplia. Por ejemplo, ¿te pareces a tus colegas?

Estos momentos reflexivos están integrados en una actuación abrumadora con composiciones hipnóticas y estimulantes de Vahidi y Robbert Klein. Impresionante es, entre otras cosas, una canción sobre el malestar que rodea a la discriminación. ‘Me siento raro’, repiten los jugadores, ‘me siento incómodo’. Los latidos vibran a través del espacio, los estroboscopios destellan y las voces continúan resonando rítmicamente. Parece un ritual, en el que algo está prohibido.

10 años de aniversario interrumpe Los artistas dan vueltas con un micrófono y se abren paso entre los espectadores. “Ponte de pie si crees que el racismo es un problema de los blancos”, dijo. Y luego: “Levántate, si tienes el papel de racista”. Parte del público se levanta de sus sillas dudando. La actuación expresa ira, pero a veces sigue siendo respetuosa y ligera. Como espectador, te succionan y te obligan a pensar. Para que no te calles en el próximo cumpleaños del círculo, cuando ese tío vuelva a gritar algo racista.

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